Recuperación de variedades autóctonas en Valdegovía

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22.05.2011

En el mes de noviembre 2010 organizamos unas jornadas de Desarrollo Rural en Valdegovía, en el que abordamos temas de transformación de productos agrícolas en Valdegovía. Uno de los ponentes fue Aurelio Robles que está realizando una excelente labor de recuperación de variedades autóctonas en Valderejo y Valdegovía.



El día 22 de mayo, el Diario de Noticias de Álava publicó un interesante artículo sobre esta labor de recuperación de variedades y las posibilidades que ofrece como alternativa de producción agrícola. Lo incluimos.





Publicado en el Correo:



Cuando Eva le dio a Adán una manzana del edén para tentarle era consciente de que el fruto prohibido era irresistible. Algo parecido ocurre en el Parque Natural de Valderejo, que ha vuelto a recuperar ahora todo su esplendor gracias al redescubrimiento de algunas de sus mayores joyas. Casi una veintena de especies autóctonas de árboles frutales que dieron esplendor a este entorno alavés en su época y que habían caído en el olvido. O mejor dicho en la maleza.



Porque la orientación de la actividad de la zona a otras actividades agroganaderas, el éxodo rural y el cambio de hábitos alimenticios llevaron a que lo que antes suponía un tesoro para los vecinos pasara a ser considerado como una obligación que finalmente se abandonó. Décadas más tarde, la Dirección de Parques Naturales de la Diputación Foral de Álava vio la necesidad de poner en valor este patrimonio y para ello puso en marcha un proyecto que llevara a cabo la conservación y protección de parte de los tesoros vegetales de la provincia.



Un lustro más tarde, el resultado es la recuperación de un edén en el parque natural de Valderejo, donde comer fruta local se ha convertido en un deleite para los sentidos. Y todo gracias a un grupo de la Red de Semillas de Euskadi, liderado por la antropóloga social Ixone Fernández de Labastida; el biólogo y técnico medioambiental Jaime Ortiz de Urbina, y el ingeniero agrónomo Aurelio Robles.



Claro que no han trabajado solos. Porque, ¿quién puede conocer mejor los valores de la zona que sus propios habitantes? Por este motivo, una red de vecinos ha ayudado a localizar 164 ejemplares que han conocido durante su vida y de los que se desconocía su valor. Estos hallazgos han supuesto una grata sorpresa para los expertos, ya que el Parque Natural de Valderejo no ha sido tradicionalmente frutal.



El caso es que esta zona quedó deshabitada durante los años 50 y 60 y esto llevó a una gran pérdida de patrimonio agro-genético. No obstante, los éxodos hacia las capitales en busca de nuevas oportunidades de vida en una época especialmente dura en lo económico y en lo social también permitió que no se incluyeran especies foráneas en la comarca. El resultado, un lugar repleto de oportunidades en forma de manzanos, perales, cerezos, arganzones, grosellas, ciruelos, membrilleros, nogales, vides, nísperos, avellanos y moreras. Ejemplares de todos ellos ya se encuentran a buen recaudo tanto en el banco de germoplasma local como en el de la Universidad Pública de Navarra. No hay posibilidad de que el olvido provoque su extinción.



cara al futuro Plantas, en ocasiones centenarias, que han acompañado a los vecinos y, que sobre todo, les sirvieron de lugar de descanso y de repostaje para el estómago en sus paseos por este bello paisaje. Precisamente esta posibilidad de mirar atrás para retomar los tesoros que ofrece el parque y las costumbres que se estilaban en la zona es la que ha llevado a Aurelio Robles a pensar en opciones para el futuro. "Hemos encontrado variedades muy interesantes como el arganzón y el níspero, que están desapareciendo, o la morera, que no es típica de esta zona. Estamos multiplicando las especies y pensando en destinar esa riqueza para atraer a gente joven que quiera buscar una alternativa allí", explica Robles.



Las opciones que ofrece la recuperación de viejas costumbres y de especies de antaño para el desarrollo rural del Valle de Valdegovía son inmensas. No en vano, el Parque Natural de Valderejo recibe anualmente entre 50.000 y 60.000 visitas de personas que no encuentran en su llegada a la región ni un sólo lugar para disfrutar de los productos típicos de la zona.



Así las cosas, ya se está pensando en la posibilidad de que algunas personas de la región adquieran variedades de estos frutales y se dediquen a su explotación. Esto permitiría no sólo generar riqueza a los ciudadanos del Valle sino, además, fijar población en la zona rural, que es uno de los objetivos de las instituciones para no perder a los mejores y más baratos gestores del territorio histórico.



De hecho, ya se prepara la opción de facilitar a los interesados ejemplares de estas especies autóctonas que sirvan como actividad complementaria a la renta habitual o, en el mejor de los casos, como modo de vida. Se podrían ofrecer a los visitantes productos naturales y autóctonos, como fruta, o transformados, como mermeladas. Esta iniciativa ha tenido una buena acogida entre los vecinos aunque los problemas de los agricultores que están interesados en formar parte de esta aventura se centran en la segunda fase. Y es que para poder someter las frutas a procesos de elaboración son necesarias maquinarias y unos registros sanitarios que suponen una alta inversión. Por esta razón, ya se baraja la posibilidad de solicitar ayuda a la Administración pública para que respalde este proyecto y que pueda salir adelante.



Con esta idea se volverían a poner en valor las especies autóctonas que, además, son las más adecuadas para dar resultados óptimos en esta zona ya que están adaptadas a las condiciones locales de cultivo y, por lo tanto, son más resistentes a plagas y enfermedades. Estas cualidades son precisamente las que abren también otro campo para la expansión. Y es que establecen las condiciones óptimas para relanzar el cultivo de determinadas variedades tradicionales en ecológico, por su capacidad de supervivencia sin agentes químicos.



huerto de referencia Pero hasta que estas alternativas de desarrollo rural para el Valle de Valdegovía salgan o no adelante, los cimientos ya están puestos. Y es que una selección de los árboles y arbustos encontrados ya se encuentran en un huerto de referencia ubicado en Lalastra, cerca del Centro de Interpretación del parque. El recurso cuenta con 82 ejemplares correspondientes a 15 especies diferentes. Un recinto de 1,3 hectáreas para mostrar al público la gran diversidad frutal de este entorno y los usos, costumbres y cultura asociada a las variedades allí cultivadas



Y precisamente para hacer extensivo este conocimiento, el director del denominado Proyecto Valderejo, Aurelio Robles, ya está pensando en fórmulas para la divulgación. En primer lugar, con la publicación de unos dípticos en los que se facilitará información para seguir un recorrido itinerante por las especies frutales respetando la vegetación natural existente y conociendo a través de unos paneles informativos las características de las variedades.



Además, también se está planteando organizar visitas guiadas al recinto tanto para grupos escolares como para independientes. De esta forma, los asistentes podrán acceder a cultivos que quizás no hayan visto nunca ni en planta ni en fruta, como arganzones o nísperos. Así, los adanes y evas de nuestra era optarán de nuevo a probar la fruta prohibida. Con la diferencia de que, en esta ocasión, no será pecado.